Me duele, porque aun sueño con tu cara. Imagino que te recorro con la mirada.
Duele porque siento tu piel entre mis dedos, tu cabeza dormida sobre mis hombros.
Duele porque tu perfume quedo en mi cuerpo, en mi cama, en mi cabeza, y el sonido de tu voz quedo en el aire, retumbando en los ecos de una cancion que se repite una y otra vez, una cancion que intento olvidar, pero me vuelve loca.
Duele porque todavía escucho tu risa, porque te busco en cada esquina, pero no estas.
Duele porque hechas sal en la herida, porque todas las canciones me hablan de vos, porque todos los objetos tienen tu cara, porque todas las voces gritan tu nombre.
Duele porque todavía te siento, te llevo como una sombra.
Duele porque las esperanzas se caen a pedazos, porque los sueños han de ser reemplazados.
Duele esta lucha interna, de no saber cual es el mejor camino.
Duele porque las decisiones traen consecuencias, que debo aceptar.
Duele porque no puedo tenerte, porque tenerte así no me alcanza, y duele porque tampoco quiero soltarme.
Duele. Si que duele.
Pero mata, saber que algo dentro tuyo murió.
Mata no poder saber si quizas nunca estuvo.
Mata quedarse queriendo sola.
Mata ver que te hizo un bien, mientras a mi me mata.
Mata el no entender, el no saber donde quedaron todos los momentos, todas las palabras que se llevó el viento, los suspiros que no entregamos, porque nos respiramos, porque nos sacamos el aire, porque me has robado.
10 de junio de 2008
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